¿Qué tan fuerte eres?...

Cuando sabes de verdad lo que quieres hacer con tu vida, no tienes excusas para no intentar hacer nada. Si pones excusas a todo, las cosas se van a perder y las ilusiones con ellas, y, si a tiempo no te mueves y cambias tu forma de pensar, entonces tu corazón dejará de latir con la misma fuerza con la que antes lo hacía y dejarás de mirar al cielo para llenarte los ojos de aquellas estrellas que ya no están, pensando en que tu vida no tiene sentido alguno. Deja de mirar el azul del cielo y de esperar que se haga de noche para dormir, así un día y otro, que lo que haces es igual que dedicarle tu vida a una muerte lenta y absurda, cuando hay millones que quieren vivir y no pueden. Donde te encuentres, puedes hacer las cosas que quieres y quitarte de la boca «no puedo» porque, si te lo propones, moverás el cielo, si no puedes hacerlo sol@, busca ayuda, pero no dejes de intentarlo una, y otra, y otra, y otra vez, hasta que tu alma abandone tu cuerpo, que es para lo que hemos venido a esta vida, para luchar por nuestra vida, para evitar que las palabras se vayan como la brisa del mar que solo acaricia tu piel y luego te abandona, ¡¡no te puedes permitir jamás abandonar tu lucha!! Grita y chilla, pero no te permitas caer y quedarte allí, que eso no es vida. La suerte es una excusa para los que saben decir «no puedo», es una excusa para los débiles, es una excusa para los desesperados, es una excusa para decir que «todo es difícil y no soy capaz». Cierra tus ojos, coge fuerzas, ábrelos, y sigue adelante, y no te olvides de que después de cada noche oscura al día siguiente hay un precioso cielo azul que espera que le dediques el triunfo del día, pero antes se lo tienes que dedicar al reflejo del espejo que te espera cada mañana y cada noche al llegar a casa… No lo olvides, no es cuestión de suerte, es cuestión de tu fuerza de voluntad para hacer las cosas… ¿Qué tan fuerte eres?