Las personas que han pasado por situaciones realmente injustas, horribles, traumatizantes y demás, intentan construir un mundo nuevo, en donde ninguna amenaza externa pueda romper todo lo que han llegado a construir, aumentando exageradamente sus muros, a tal altura que, sin darse cuenta, se apartan de quien venga de buena voluntad a ofrecer lo mejor de sí y se quedan atrapados según ellos contra todo lo malo que les pueda pasar… ¿Y cómo es eso de apartarse de todo lo malo que crean que les quiera atacar? ¿Cómo puedes conseguir vivir confinado, ya que, según tú, viviendo así no te pasará nada malo, si a la vez viviendo así, tampoco te pasará nada bueno? ¿O me equivoco? ¿Cómo entra la luz en una persona encerrada? ¡Jamás! Saliendo al mundo es como te das los mejores baños de sol, sintiendo la brisa en tu cara, el mar mojando tus pies, la arena metiéndose entre tus dedos. El mundo tiene algo más que maldad, el mundo me ha hecho conocer lo peor de él, también lo mejor, y por más mal que me hayan ido las cosas, también me han ido de maravilla, y eso es lo que rescato de cada vivencia y de cada momento… Sentimentalmente estos últimos años mi vida no ha sido un paseo por el parque, pero saqué muchas cosas buenas de esas vivencias, conocí personas maravillosas que me dieron muchas cosas y lo agradezco. Mi vida laboral tampoco fue la mejor, pero los cambios me harán más fuerte y gracias a eso cada día doy lo mejor de mí… Muchas veces cerramos la puerta del amor, la puerta de la amistad, todas las puertas, para que nadie intente entrar, según nosotros, engañándonos para sacar algo. No todo es así, hay mucho más que eso, lo digo por experiencia; y, si te dañan, no siempre tiene por qué ser así, nadie es perfecto, pero las buenas intenciones de las personas son las que nos hacen ver que cerrándonos a todo solo nos cerramos a la luz y a la felicidad que tanto buscamos…
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