La vida es una lucha feroz cada día. Para evitar perder debes
levantar la cabeza, echar los hombros hacia atrás, caminar con orgullo y saber
curarte en soledad las heridas, que nadie te vea indefenso o débil… No te
lamentes de las heridas que te ganes en cada pelea, felicítate por tenerlas,
porque eso significa que sabes luchar y peleas por lo que quieres… Las
cicatrices son tus marcas que, aunque no ganes, demuestran lo valiente que eres
por enfrentarte a lo que te pongan por delante… Que no ganes una pelea no
significa que no sepas luchar, así que nunca te rindas, ¡prohibido rendirse!
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