Vivimos en un mundo, en el
que hay que dejarse la piel todos los días para intentar solucionar todos los
problemas que se nos presentan. Vivimos en un mundo en el que queremos creer
que nuestras heridas son superficiales y así pensar que no tenemos que ocultar
nada para que nadie nos vea sangrar… A veces necesitamos practicar cómo
curarnos para aprender a acertar con lo que estamos
haciendo cada día, puede que tardemos en cerrar bien las heridas, pero es el
único modo que tienes de averiguar de qué estás hecho hasta curarte por
completo… El mejor modo que tienes para curar tus heridas es profundizar en
estas, encontrar la causa del dolor y, cuando la encuentres, debes hacer lo que
sea para eliminarla, si no haces esto, se volverá crónico y perderás más de lo
que puedes pensar… A veces la solución de nuestros problemas la tenemos en la
palma de la mano, a veces la respuesta a nuestras miles de preguntas las
tenemos al lado, a veces debes decir basta ya de pasarlo mal y abrir las
puertas a que las cosas vayan mejor… Para ser felices debemos hacer lo que haga
falta para recuperar la confianza en nosotros, en los demás, en lo que vives y
en lo que tienes, pero si quieres que las cosas te vayan mejor, si quieres que
tu sonrisa perdure, si no quieres tener una felicidad limitada, si quieres
dejar de pasarlo mal, incluso cuando tienes todo para estar bien, ¿¡por qué no
entierras de una vez ese dolor y empiezas a disfrutar de la nueva vida que te
espera si haces lo que tienes que hacer para tenerla!? No es tan difícil, menos
cuando tienes todo para que así sea, pero aprovecha ya, que el tiempo pasa y,
si se va, se va…
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