Somos creados por la mezcla de dos personas, no importa el cómo o el porqué, pero somos un milagro de la naturaleza… Después de nueve meses llegamos llorando a este mundo, formados como personas y preparados para la vida… Nuestro lloro es un «hola, mundo, aquí estoy, prepárate porque te quiero cambiar»… El problema es que en el transcurso entre que nacemos hasta que nos hacemos mayores nos olvidamos de ese anhelo que teníamos por comernos el mundo, y ahora por lo que sea que veamos a nuestro alrededor pensamos que es imposible lograr nuestros sueños y le echamos la culpa a la vida de nuestras desgracias, cuando tú y solamente tú eres responsable de tu propio destino…
Aprende a dar la cara, a responder sobre tus actos, a no huir de tus problemas. Aprende a saber expresar tus sentimientos, a no esconder la mano cuando tires una piedra. Aprende a tragarte tu orgullo por una vez en tu vida, a que te dé igual lo que piense la gente sobre lo que haces. Aprende a explicarte, a decir las cosas a la cara. Aprende a dar un beso, aunque haya medio mundo delante, a escribir un te quiero aunque lo vayan a leer todos tus amigos. Aprende a valorarte y valorar a los que están ahí para ti, a quererte un poco más. Aprende a ser feliz. Aprende a hacer feliz a los hacen de todo para que tú lo seas…
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