Nunca sabemos cuándo será el día más importante, el más difícil o el más especial de nuestras vidas, nunca estamos preparados para aquel día, porque a veces no nos ponemos a pensar en él… Los días que crees que serán importantes nunca son como te los imaginabas, ya que un día cualquiera con muchos detalles puede que sea el día que estés esperando y no te des cuenta hasta que hagas memoria y te des cuenta de que ya disfrutaste de este, pero no lo supiste aprovechar esperando un día que llegó y se fue…
Nos pasamos los días y las noches preocupándonos por el futuro, por lo que haremos mañana, por cómo haremos para sacar adelante cosas que vemos casi imposibles de solucionar, planeando que hacer y cómo atacar el día para que nos sea rentable, intentando adivinar lo que ocurrirá mañana, como si haciendo esto ya fuese suficiente para soportar los golpes que te den… El futuro es cambiante como las personas, el futuro se apodera de nuestros miedos más oscuros y profundos, muchas veces no queremos saber qué nos depara, pero no nos queda otra si queremos cambiar nuestro presente… Pero una cosa es verdad: cuando por fin se revela lo que nos pasará mañana, nunca es como nos imaginamos, y no nos queda otra que cambiar los planes y atacar y atacar hasta lograr lo que buscamos…
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