Cuando amamos lo que hacemos, cuando amamos a una persona, cuando le encontramos el gusto a nuestro trabajo, cuando vemos valorados nuestros esfuerzos, cuando todo por lo que luchaste te hace ver el sudor, lágrimas y sangre que hayas podido derramar para hacer realidad eso de levantar algo grande desde los escombros, es cuando te tienes que felicitar a ti mismo, porque tal vez has levantado algo de la nada casi sin fuerzas ni alicientes, sin siquiera haberte levantado tú de tus propias cenizas, pero aún así sacaste fuerzas para hacer algo grande, lo que te hará ver que, si pudiste levantar algo así, podrás levantarte y hacer todo lo que quieras…
Todas las cosas que hacemos, todas las cosas malas o buenas nunca son en vano. No por haber pasado malas experiencias dejes que las calles que van rumbo a lo que quieres hacer se inunden de temores. Despierta y recuerda las marcas que tienes en tu piel y el aroma que tus recuerdos te proporcionan cada día. Despiértate, todo lo que te pasó ya se fue y eso lo verás en las marcas que tienes en el alma... Tarea: sé fuerte, échale cojones/ovarios, sigue adelante y deja de pensar mil veces en vano...