No permitas que tus errores intoxiquen y maten tu corazón...

Abre tu corazón, tu alma y tu vida al cambio, a mejorar. Nunca te olvides de quién eres y de lo que vales, pero sé abierto de mente, de espíritu, absorberás lo que la vida tiene preparado para ti, pero solo lo tendrás si estás dispuesto a recibirlo con todas sus consecuencias. Recuerda que a veces es momento de callar y de escuchar lo que nos dice nuestro corazón y nuestra alma, de hacerles de caso, porque al final lo que quedará de nosotros en este mundo serán las huellas que dejemos en él y el recuerdo de lo que fuimos capaces de hacer… 

Cuando creas y sientas en tu corazón que has cometido un error, haz algo rápidamente para solucionarlo, no permitas que tus errores crezcan como la hierba mala en un jardín, no permitas que tus errores te hagan cambiar de camino, no permitas que tus errores te hagan ir por el lado por el que nunca quisiste ir, no permitas que tu vida empiece por un error. El tiempo te dará la razón si lo haces bien o te castigará si fallas. No te permitas un fallo, no te permitas un solo pensamiento negativo, no permitas que el pesimismo le gane a tu optimismo, elige una vida diferente a la que tienes, una vida mejor. Si ya lo estás haciendo bien y lo ves, sigue así, si ves que lo que haces tiene los resultados que no quieres, sé valiente y afronta tus errores, sé valiente como cuando cometiste errores, y también sé valiente para enmendarlos, nunca es tarde para solucionar un problema, si se quiere solucionar. Por lo menos inténtalo, no tienes nada que perder…