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domingo, 4 de diciembre de 2016

No permitas que nada ni nadie evite que vayas a donde quieras ir...

Coge esa mochila que llevas en tu espalda, esa maldita mochila que cada vez que quieres dar un paso adelante te hace dar dos pasos para atrás, coge esa puta mochila, tírale cinco litros de gasolina y préndele fuego; no solo eso, cuando lo hagas, tírala del puente más alto que conozcas y más lejano de ti, aleja esa mierda de ti, esa maldita mochila que no nos deja ser felices, que solo sirve para cargar nuestras mierdas del ayer... Dile a esa puta mochila que estás listo para andar sin ella, que ahora pasas de su frialdad y buscas ese calor que tanto te gusta tener; dile a esa mochila que te deje de joder la vida, dile que no le regalarás tu tiempo, que la felicidad no está tan lejana, hazle ver que ahora puedes salir al mundo llevando tu nombre con la cabeza alta y orgulloso de que por fin te liberaste de esta... Dale gracias a la vida por darte un día más para arreglar tu vida y tu cabeza, y especialmente no derrames lágrimas, no hay tanto pañuelo para tanta lágrima y menos llores con el corazón, aunque lo tengas hecho mierda, no lo hagas, ya que esas lagrimas no hay cómo secarlas y pueden acabar contigo... Tira y quema esa puta mochila, verás qué cambio... 
Aliméntate bien, trabaja todo lo que puedas, valora cada cosa que tienes, valora a los tuyos, valora a tu gente, a los que están ahí a tu lado a pesar de que a veces seas borde, aunque a veces llegues de mala hostia del trabajo y no dejes de cagarla una y otra vez, y aún así están ahí. Deja los problemas fuera de casa, deja las mierdas aparcadas, céntrate en ti, en tu gente, céntrate en los errores que cometes día a día, arréglalos, jamás es tarde, y si lo es nunca es tarde para pedir perdón por el daño que hayas hecho. Ya sabes, echando a perder se aprende, espero que no llegues a echar a perder algo para aprender lo que debes y lo que no debes hacer… 

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