Debemos aprender a
dejar de quejarnos por todo y echarle la culpa a los demás, a la suerte, a la
vida o al destino de todo lo que nos pasa, porque nosotros somos los que nos
buscamos lo que tenemos, bueno o malo, somos responsables únicos de nuestras
alegrías y desgracias, somos quienes seleccionamos a quienes están en nuestras
vidas y lo que queremos que esas personas nos aporten... En lugar de gastar tu
tiempo y energía en quejarte una y otra vez de lo mismo, y no solo el quejarte,
también el que no te canses de joder tu vida una y otra vez, ¿por qué no abres
los ojos de una vez y empiezas a actuar como si tu vida te importase algo? ¿Por
qué esperas que suceda algo celestial, milagroso o extraordinario para darle un
poco de importancia a quien en verdad te debe importar más, o sea, ¡tú!? Deja
de quejarte y de agobiar a todo el mundo con tus rollos, ponte a trabajar en
cómo solucionarlos y ¡hazlo! Que ya está bien de ser repetitivos y meter la
pata siempre con lo mismo... No le des a nadie
el deber de hacerte feliz, ni te prives del derecho de ser lo feliz que te dé
la gana ser. No seas dependiente de nadie, nunca dependas de nadie, ni de una
sonrisa, ni de un saludo, ni un mail ni nada. No te hagas ni le hagas esto a
nadie, no es imposible ser feliz por tu propia cuenta, lo difícil es querer ser
feliz, dependiendo del estado de felicidad de otras personas, eso lo peor que
te puedes hacer. La dependencia te lleva a un pozo sin salida, te jode y hasta
te puede llegar a matar en vida si un día esa persona de la que tanto dependes
te manda a la mierda y te quedas solo por el mundo, ¿eso quieres? ¿Quieres ser
un trasto más que no haya aprendido nada? Aprende a cuidar de ti, que el resto
ya lo hace y vive mejor que tú...
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