En los tiempos que corren, pensamos que
nuestra vida es muy complicada, muy jodida y muy dura, que tenemos que soportar
cosas que en otros tiempos hubiésemos mandado a la mierda a unos cuantos que se
merecen ir con billete de ida, y que para poder sobrevivir a estas oleadas de
mierda constante en las que vivimos nos toca aprender a remar contra corriente, y a pasar por encima para que no nos jodan aún
más… Nos complicamos la vida porque apostamos con nuestro corazón, sueños, alma
y vida a que las cosas nos vayan mejor, y cuando no es así sentimos que nos
complicamos la vida gratuitamente, nos lamentamos y nos arrepentimos de todo…
¿Por qué te arrepientes? ¿De arriesgar para decir que has vivido? La vida es un
riesgo constante a que nos jodan por todas partes, sea tu familia, amigos, el
amor de tu vida, el trabajo, o hasta tu mascota, pero lamentarte de haber
arriesgado para cumplir tus deseos, tus anhelos, para darle una razón a tu
esperanza, ¿eso es malo? Yo no me arrepiento de nada, aunque me muera de dolor,
aunque sienta que me arrancan el corazón, que le prenden fuego y lo tiran a la
basura, pues es un riesgo que debo asumir, pero también sé que si me hacen esto
me queda recogerlo, limpiarlo y volvérmelo a poner, porque habrá vivencias o
personas que me lo hagan latir a tal punto que sus latidos sean cada vez más
fuertes de lo contento y orgulloso que esté al ver que volví a apostar y esta
vez gané… Nunca te olvides de que el que no arriesga nunca gana, y de que los
deseos solo desaparecen el día en el que crees que ya no los puedes hacer
realidad…
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