Hay gente que no se deja salvar, hay gente que se calla cada día y se deja humillar, deja de esperar que las cosa cambien. O eres parte de la historia o solo un testigo más, ¿quién eres? ¿Fluye sangre en tus venas, o no sabes que la historia y lo que suceda solo está en manos de unos pocos? ¿Qué quieres, que te solucionen la vida los que estarán ahora mismo protestando y se arriesgan para que tú estés cómodo en casa? Realmente, si queremos que nuestra mirada solo contenga orgullo y se aleje el temor de nuestro corazón, debemos dejar de apartarnos el uno del otro y empezar a ver que el atardecer de lo que está a punto de pasar está al llegar. Quítate los peores pensamientos y evoca tu mejor recuerdo, y recuerda que, si una vez lo tuviste, lo puedes volver a disfrutar, difunde que no estamos dispuestos a vivir de rodillas, que esto no es la época feudal y que somos lo suficientemente fuertes para que nadie nos pise. ¡Entiéndelo! ¡Todos juntos! Que esta vez nos toca evitar que nuestro futuro y el de nuestros hijos sea negro...
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