Coge una
palanca y rompe la cadena de tus miedos, muestra quién eres en realidad, que
nadie te encadene a lo que quiera, que nadie juegue con tu voluntad, con tu
tiempo, con tus deseos, son tuyos, solamente tuyos… No seas esclavo de tus miedos, no te hagas dependiente
de que alguien pueda o no ayudarte… Recuerda que eres humano, que sientes, te
emocionas, amas, lloras, ríes, sueñas, quieres, tienes esperanzas, que ninguna
de estas cosas que te hacen humano desaparezcan, que nada rompa tu esencia,
porque, si permites que suceda, no serás la misma persona por más que quieres
decir que sí…
La
confianza en uno mismo en el principio del éxito y la seguridad en lo que
haces, piensas o crees en esta vida. La confianza ha de darnos la paz. No basta
la buena fe, es preciso mostrarla, porque las personas siempre ven y pocas
veces piensan en lo que hacen. Puedes echarle la bronca a un amigo, a una
pareja, a alguien en quien confíes mucho, pero en la
intimidad, ante los demás debes alabarlo, eso es parte de la confianza y de
compartir vuestra intimidad. Recuerda que nadie que confíe en ti se merece que
desprecies su confianza. Recuerda que cuando la vida te muestre que hay razones
para llorar, para reír, para gozar, para respirar, para que tu corazón empiece
a latir a mil por hora, cuando te ilusiones, cuando confíes, es cuando te
tienes que dar cuenta de que tienes mil razones para disfrutar de esta vida en
la que tienes la oportunidad de vivir...
No hay comentarios:
Publicar un comentario