A veces, porque la vida te ha dado muchas palizas regalándote malas
experiencias, empiezas a desconfiar hasta del aire que respiras, crees que
nadie dice la verdad y que si vives algo bueno ahora tendrá una caducidad
porque al final todo lo bueno acabará... Cuando conoces a una persona que está
dispuesta a darte todo lo que es esta, su alma, su
corazón, su amor, su vida, sus ilusiones, compartir sus sueños contigo y demás,
tú solo desconfías. Lo peor es que al final te enamoras sin darte cuenta y te
mientes diciéndote que no es así, le mientes a esa persona y dejas de decirle
que la quieres, porque así crees que estás a salvo de que tus sentimientos te
traicionen, porque cometes el error de pensar que todas las personas son como
las que te hicieron daño una vez... Creo que es un gran error querer mantenerse
al margen de una relación así, cuando ves que esta persona sí lo da todo de
verdad, que te hace feliz, y que con sus ojos te pide a gritos que le des la
oportunidad de demostrarte que estará ahí para ti, para todo... Muchas veces tu
elección es simple: o intentas ser feliz de una maldita vez o pasas de intentar
algo y vives arrepintiéndote toda tu vida y escuchando a tu corazón que te diga
cada vez que se acuerde de esa persona la clásica y maldita frase «¿y si lo hubiese intentado?»... Disfruta de ese copiloto que tengas al lado
y de vez en cuando deja que esta persona lleve el volante, ya que puede que te
lleve donde siempre has querido estar, pero nadie sepa el camino como esa
persona para hacerte feliz de verdad...
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