¿Recuerdas que cuando eras pequeño te leían cuentos para dormir? Cuentos que te hacían viajar en un mar de deseos, en los que fantaseabas sobre cómo sería tu vida cuando te hicieses mayor. Aquellos cuentos que te hacían soñar que te casarías con ese príncipe azul que te salvaría de los monstruos que te acechaban… O en el caso de los chicos, cuentos en los que te tocaba salvar a tu princesa en tu caballo blanco, peleando contra dragones y demás brujas, que vivirías en un castillo de ensueño con la persona perfecta y que todo sería maravilloso, ¿te acuerdas de todo eso? ¿Te acuerdas que de pequeño creías en Papá Noel, en las hadas, en los héroes, en que los Reyes Magos te traían los regalos de la Navidad, en que todo era cosa de magia e ilusión? ¿Qué pasó con todo esto? ¿Tan drástica es la vida que a muchos os ha hecho perder la fe en la magia de los momentos especiales? A veces abrimos los ojos y vemos que los cuentos solo han sido hojas de un libro que se han ido volando por el viento, haciéndonos creer que hemos estado perdiendo el tiempo en algo que no era real… Pero alguna vez ¿has pedido un deseo de verdad? Si yo tuviese que pedirles algo a los Reyes Magos, me gustaría que al abrir los ojos estuviese esa persona maravillosa a mi lado y se quedara conmigo para no marchar jamás… Nunca he perdido la mínima esperanza de que el día que abra los ojos tenga esa suerte y, cuando sea así, estaré más que agradecido a todas las cosas que forman el universo… Todos nos merecemos ser felices ya que, si no es así, ¿qué sentido tendría la vida? Déjate ser feliz, no dejes de pedir deseos, que seguro en breve se empezarán a hacer realidad… Que vuestros deseos más profundos se hagan realidad…
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