Mucha gente piensa que tiene todo el
tiempo del mundo para hacer lo que quiera, posponiéndolo todo, pensando que
mañana tendrá la misma oportunidad que tiene hoy. Muchas veces no es que lo
quieran posponer, es que el miedo tiene mucho que ver, les quita las ganas,
esas que tienen al despertar de querer comerse el mundo, hasta que ven los
cambios que saben que serán a mejor, pero muchas veces no es fácil hacer todo
lo que uno quiere. Para eso, los que lo tenemos claro, tenemos que apoyar a
esta personas y ayudarlas a ver más allá de sus miedos, y poco a poco
liberarlas, haciéndoles ver que el miedo a no querer arriesgarse a conocer lo
desconocido las hace retroceder y las mantiene en sus trincheras… Todos tenemos
miedo al fracaso, al dolor, al rechazo, a que las cosas no vayan como deseamos,
pero, y si no haces nada para que así sea, ¿cómo esperas vencer tus miedos? Sea
lo que sea que nos dé miedo, hay algo que siempre debemos tener claro: el dolor
de perder algo por el mismo miedo es algo que te será insoportable, más que el
miedo en sí… Si tienes todo claro, apunta a tu objetivo y lánzate, si sientes
amor, ¡pues ama! Si sientes cariño, pues quiere; si sientes deseos, ¡hazlos! Si
sientes que vas a caer, ¡agárrate fuerte! Todas las decisiones tienen sus
riesgos, incluso las que no tomas para no asumir ningún riesgo, pero créeme que
si haces lo que tu corazón, cuerpo y alma te piden estarás orgulloso de lograr
lo que solo tú has podido lograr… ¡Ánimo, guerreros!
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